Inmigración venezolana en España

Venezolanos en España
Veneçolans a Espanya (en catalán) Venezuelarrak Espainian (en vasco)
Población censal	406 537 hab. (aprox., incluyendo personas con pasaporte europeo) (2021)[1]​[2]​[3]​[4]​ 353 068 hab. (con pasaporte venezolano) (2013)[4]​
Cultura
Idiomas	Español
Religiones	Catolicismo 61% Evangélicos 35% Otros 4%
Principales asentamientos
142.200 hab.	Comunidad de Madrid (uniprovincial)
50.700 hab.	Provincia de Barcelona
22.900 hab.	Provincia de Santa Cruz de Tenerife
8.200 hab.	Provincia de Valencia
4.900 hab.	Provincia de Alicante
4.000 hab.	Provincia de La Coruña
4.000 hab.	Provincia de Málaga
4.000 hab.	Provincia de Las Palmas
2.900 hab.	Provincia de Pontevedra
Resto de España
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La inmigración venezolana en España ha experimentado un aumento significativo a partir de finales de la década de 1990 y principios del siglo XXI, coincidiendo con el ascenso al poder de Hugo Chávez y la posterior consolidación del régimen autoritario de Nicolás Maduro. Estos gobiernos implementaron un conjunto de políticas socialistas que llevaron a una profunda crisis política, económica y social en Venezuela, lo que provocó que millones de venezolanos buscaran nuevas oportunidades en el extranjero, siendo España uno de los destinos principales debido a los lazos históricos y culturales compartidos.

Las políticas económicas impulsadas por Chávez, como la nacionalización de industrias clave y el control estatal sobre la economía, llevaron a una caída drástica en la inversión privada y una dependencia creciente del petróleo, lo que, sumado a la corrupción y la mala gestión, desencadenó una grave crisis económica. Esta situación se vio agravada bajo el mandato de Nicolás Maduro, con el colapso del sistema de salud, la escasez de alimentos y medicinas, y la hiperinflación, factores que llevaron a un éxodo masivo de la población en busca de estabilidad y mejores condiciones de vida.

España, como uno de los países europeos con mayor comunidad venezolana, se ha convertido en un refugio para aquellos que huyen de la crisis. La facilidad del idioma, el acceso a visas por razones humanitarias y la existencia de redes familiares y comunitarias han hecho de España un destino atractivo para los venezolanos. Según estimaciones, la población venezolana en España ha crecido exponencialmente, superando las 400,000 personas en los últimos años, con un notable incremento en las solicitudes de asilo.

Este flujo migratorio ha tenido un impacto significativo en la sociedad española, tanto en términos económicos como culturales. Los inmigrantes venezolanos han contribuido al dinamismo económico en diversas regiones del país y han enriquecido la diversidad cultural. No obstante, también han enfrentado desafíos como la integración en el mercado laboral y la adaptación a una nueva realidad sociopolítica, lo que ha generado un debate en la sociedad española sobre el manejo de esta ola migratoria y las políticas de acogida.

Durante el período colonial, España y Venezuela estaban vinculadas por la relación de metrópoli y colonia. A partir del siglo XVI, los españoles comenzaron a asentarse en lo que hoy es Venezuela, estableciendo ciudades y explotando recursos naturales. Aunque esta migración fue impulsada principalmente por la búsqueda de riquezas, también hubo un intercambio cultural significativo. Los colonos españoles introdujeron su idioma, religión y costumbres en la región, lo que sentó las bases de la identidad venezolana actual.

En los siglos XVII y XVIII, la migración española continuó, aunque en menor escala, ya que la atención de España se centró en otras colonias más ricas como México y Perú. Sin embargo, la influencia española en Venezuela seguía siendo fuerte, con un control político y económico que perduró hasta las guerras de independencia en el siglo XIX. Durante este tiempo, se establecieron instituciones clave como la Iglesia católica y se desarrollaron ciudades importantes como Caracas, que sirvieron como centros de poder colonial.

Las cifras exactas de migrantes españoles durante este período son difíciles de precisar, pero se estima que decenas de miles de españoles se establecieron en Venezuela. Este asentamiento fue fundamental para la creación de la sociedad colonial venezolana, en la que la cultura, la economía y la política estaban profundamente influenciadas por España. Este vínculo histórico sentaría las bases para futuras olas migratorias en ambos sentidos.

Durante las décadas de 1930 a 1950, España vivió una de las mayores oleadas de emigración de su historia debido a la Guerra Civil Española (1936-1939) y la subsiguiente dictadura de Francisco Franco. La represión política y la devastación económica llevaron a cientos de miles de españoles a buscar refugio y oportunidades en América Latina, incluyendo Venezuela. Entre 1936 y 1946, se estima que alrededor de 50,000 españoles emigraron a Venezuela, siendo este país uno de los destinos preferidos por la estabilidad económica que ofrecía en ese momento.

En Venezuela, estos inmigrantes españoles jugaron un papel crucial en la reconstrucción del país, que estaba en proceso de modernización y expansión económica debido a la explotación petrolera. Los españoles se integraron en diversos sectores, desde la agricultura hasta la industria y el comercio, contribuyendo significativamente al desarrollo económico. Además, establecieron comunidades y asociaciones que mantenían vivas las tradiciones y la cultura españolas, dejando una huella duradera en la sociedad venezolana.

A lo largo de las décadas de 1940 y 1950, la inmigración española continuó, con un total estimado de más de 300,000 españoles estableciéndose en Venezuela para 1960. Este flujo migratorio fue tan significativo que Venezuela se convirtió en uno de los principales receptores de inmigrantes españoles, superado solo por Argentina y Cuba. La presencia española en Venezuela durante este período no solo fortaleció los lazos entre ambos países, sino que también enriqueció la diversidad cultural y económica de la nación sudamericana.

Durante los años 1980 y 1990, se produjo un fenómeno de "migración de retorno" en el que muchos descendientes de los inmigrantes españoles que habían llegado a Venezuela en las décadas anteriores comenzaron a regresar a España. Este retorno fue motivado por la crisis económica que afectó a Venezuela en los años 1980, caracterizada por la devaluación de la moneda, el aumento de la deuda externa y el declive de los ingresos petroleros. Aunque la migración de retorno no fue masiva, sí fue significativa en términos del flujo de personas y capital hacia España.

Para finales de los años 1990 y principios de los 2000, con la llegada al poder de Hugo Chávez y el inicio de su Revolución Bolivariana, se empezó a observar una nueva tendencia migratoria. La situación política y económica en Venezuela se deterioró rápidamente, lo que llevó a una creciente emigración hacia España. Durante este tiempo, muchos venezolanos, incluidos aquellos con ciudadanía española o ascendencia española, comenzaron a considerar a España como un destino seguro para escapar de la inestabilidad en su país de origen.

Entre 2000 y 2010, se estima que alrededor de 200,000 venezolanos emigraron a España. Aunque este número incluye tanto a descendientes de españoles como a venezolanos sin vínculos familiares con España, la presencia de una comunidad venezolana en crecimiento comenzó a ser notoria en ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia. Este flujo migratorio marcó el inicio de un éxodo masivo que se intensificaría en la siguiente década.

La crisis venezolana se profundizó bajo la administración de Nicolás Maduro, sucesor de Hugo Chávez, quien asumió la presidencia en 2013. La combinación de políticas económicas fallidas, corrupción, represión política y el colapso de los servicios públicos llevó a millones de venezolanos a abandonar el país en busca de mejores oportunidades y seguridad en el extranjero. España, con su comunidad venezolana preexistente y su relativa facilidad para la obtención de la ciudadanía para aquellos con ascendencia española, se convirtió en uno de los destinos principales.

Desde 2015, el flujo de venezolanos hacia España se ha intensificado considerablemente. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) de España, en 2019, había más de 300,000 venezolanos residiendo en el país, un número que ha seguido creciendo. Esta cifra representa un aumento exponencial en comparación con décadas anteriores y refleja la magnitud de la crisis en Venezuela. Los venezolanos en España se han integrado en diversos sectores de la economía, aunque muchos han enfrentado desafíos relacionados con la homologación de títulos y la inserción laboral.

La comunidad venezolana en España ha tenido un impacto significativo, no solo en términos demográficos, sino también en la cultura y la política. En respuesta a esta nueva realidad, el gobierno español ha implementado políticas para facilitar la regularización y el acceso a servicios para los venezolanos, incluyendo la concesión de asilo y protección internacional a aquellos que huyen de la persecución política y la crisis humanitaria en su país de origen.

A medida que la situación en Venezuela sigue siendo inestable, la emigración hacia España continúa. En 2020, la pandemia de COVID-19 añadió una nueva capa de complejidad a la situación, pero no detuvo el flujo migratorio. Para 2023, se estima que la población venezolana en España ha superado los 400,000, consolidándose como una de las comunidades extranjeras más grandes en el país. Este continuo éxodo plantea preguntas sobre el futuro de las relaciones entre Venezuela y España, tanto en términos de política exterior como de integración social y económica.

La comunidad venezolana en España ha comenzado a organizarse políticamente, influyendo en la política local y nacional. Este fenómeno se ha visto en la participación activa de venezolanos en las elecciones y en la creación de organizaciones que abogan por los derechos de los migrantes y la democracia en Venezuela. Además, la diáspora venezolana ha contribuido a la economía española a través de la inversión, el emprendimiento y la aportación de mano de obra calificada.

El futuro de la migración entre Venezuela y España está en gran medida ligado a la evolución de la situación política y económica en Venezuela. Si bien el éxodo venezolano ha traído consigo desafíos significativos, también ha fortalecido los lazos culturales y sociales entre ambos países, creando una nueva dinámica en las relaciones bilaterales que podría influir en las políticas migratorias y de cooperación en los años venideros.

La diáspora venezolana ha tenido un impacto notable en la economía española. Muchos de los venezolanos que emigraron a España son profesionales altamente cualificados, como médicos, ingenieros, abogados y empresarios, que han contribuido significativamente a diversos sectores de la economía. A pesar de los desafíos relacionados con la homologación de títulos académicos y la inserción en el mercado laboral, estos migrantes han encontrado formas de integrarse, ya sea a través de empleos formales o emprendimientos propios.

En ciudades como Madrid y Barcelona, se ha observado un aumento en el número de negocios fundados por venezolanos, que van desde restaurantes y tiendas hasta startups tecnológicas. Estos negocios no solo han contribuido a la economía local, sino que también han creado empleos y fomentado un intercambio cultural enriquecedor. Según datos recientes, se estima que más de 15,000 empresas en España han sido fundadas por venezolanos desde 2015, lo que subraya el dinamismo y la resiliencia de esta comunidad.

Además, la llegada de venezolanos también ha incrementado la demanda de ciertos servicios y productos, impulsando sectores como el inmobiliario, la educación y los servicios financieros. Este crecimiento económico, aunque incipiente, ha comenzado a ser reconocido por las autoridades locales y nacionales, que han implementado políticas para apoyar a los emprendedores migrantes y facilitar su integración en el mercado español.

El impacto social y cultural de los venezolanos en España es igualmente significativo. La diáspora venezolana ha traído consigo una rica diversidad cultural que se ha manifestado en la gastronomía, las artes, y las costumbres. Los restaurantes venezolanos, por ejemplo, han ganado popularidad en varias ciudades españolas, ofreciendo platos tradicionales como arepas, tequeños y pabellón criollo. Estos establecimientos no solo sirven como puntos de encuentro para la comunidad venezolana, sino que también han introducido a los españoles a nuevas experiencias culinarias.

En el ámbito cultural, los venezolanos han contribuido al panorama artístico y musical de España. Artistas, escritores y músicos venezolanos han encontrado en España un espacio para continuar desarrollando su trabajo, a menudo colaborando con sus contrapartes españolas. Festivales de cine, exposiciones de arte y conciertos han comenzado a incluir cada vez más voces y talentos venezolanos, lo que enriquece el ya diverso paisaje cultural de España.

La comunidad venezolana también ha sido activa en la creación de organizaciones y asociaciones que promueven la integración y la defensa de los derechos de los migrantes. Estas organizaciones no solo brindan apoyo a los recién llegados, sino que también abogan por políticas públicas que favorezcan la inclusión social y la protección de los derechos humanos.

Los registros españoles evidencian un aumento en la recepción de venezolanos y de españoles provenientes de Venezuela desde 1985, con especial énfasis desde 1999. En el año 2005 se recibieron 9.000 solicitudes de legalización de venezolanos residentes, acompañadas de su contrato de trabajo, según informó el Ministro de Trabajo y Asuntos sociales español, Jesús Caldera Sánchez durante su visita a Caracas en mayo de 2005.^[5]​

La comunidad de venezolanos más grande en España se encuentra principalmente entre las Islas Canarias, Madrid y en Barcelona. En el primer territorio, hacia 2014 se estimaban 60.000 «venezolano-canarios». Hacia 2013, el Observatori Valencià d'Immigració reportó 5.497 venezolanos en la Comunidad Valenciana, de los cuales 2.757 viven en Valencia, 2.217 en Alicante y 523 en Castellón de la Plana. El consulado venezolano en Madrid registra 24.000 venezolanos, de los cuales no votan más de 7.500. En Barcelona, se registran 20.000, pero no votan más de 5.000 Vigo, en Galicia, es también una ciudad considerada de «acogida» a los venezolanos.

La Encuesta de Población Activa de España citaba en 2012, 59.805 venezolanos en España, de los cuales el 25,1% vivían en Madrid (15.009), 14,04% de Santa Cruz de Tenerife (8.396), 13.77% en Barcelona (8.237), 4,79% en Valencia (2.862), 3,72% en Alicante (2.224), 3,7% en Las Palmas de Gran Canaria (2.213) y 3,07% en Málaga (1.836). La comunidad más pequeña se encontraría en Ceuta, con solo 10 venezolanos.

El Instituto Nacional de Estadística de España (INE) indica que al 1 de enero de 2013, había unos 53.067 venezolanos en calidad de residentes. Esta cifra aumenta a 156.065 si se toma en cuenta el lugar de nacimiento de los inmigrantes, ya que muchos tienen padres españoles, italianos o portugueses y se han establecido con pasaporte de la Unión Europea. El 54% son mujeres.

Gráfica de evolución de Inmigración venezolana en España entre 1998 y 2022

Datos del INE[6]​ a 1 de enero de cada año.

En el siguiente mapa se muestran los diez principales asentamientos por provincias en 2022:

La Feria de la Chinita es un evento ferial que se realiza anualmente en la ciudad española de Madrid desde el año 2004. Es organizada por la comunidad venezolana de la ciudad, que pretende recordar la Feria de La Chinita que se lleva a cabo en Maracaibo y otras localidades del Estado Zulia (Venezuela) en honor de la Virgen de Chiquinquirá, conocida popularmente como «La Chinita», de donde toma el nombre el evento.^[7]​

Durante el evento se realizan diferentes actividades, entre las que destacan la gastronomía, exposiciones, concursos y otros, así como una misa en honor de la Virgen de Chiquinquirá. El objetivo principal de la feria es la difusión de la cultura y tradiciones venezolanas entre la sociedad española y los colectivos inmigrantes que conviven en el país, con interés en la integración de culturas, sin injerencias políticas, racistas, sociales o de cualquier otra índole.

El evento es organizado por la Asociación Cultural Feria de la Chinita en Madrid, una entidad sin ánimo de lucro que pretende acercar la cultura venezolana y rememorar la Feria de La Chinita que se lleva a cabo en Venezuela desde hace décadas. Con la intención de mantener un lazo de unión y recuerdo entre las tradiciones culturales venezolanas en España, la asociación puso en marcha la primera edición del evento en el año 2004.

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